Como sabéis, nos encontramos en Japón. La semana pasada os dejé una pregunta en el blog y estas han sido vuestras aportaciones. Mil gracias por participar siempre, estos momentos nos encantan y nos dan pie a hablar de muchísimas cosas relacionadas con nuestro centro de interés.
Lara nos trajo una cartulina enorme con un montón de animales y sus nombres escritos por ella, como por ejemplo el serau, el faisán verde, el perro mapache…
Leo, nos trajontambién un montón de fotos de animales en los que escribió sus iniciales: la G de grulla o de gallo onagadori, por ejemplo…
María, también trajo un montón de animales de Japón que coloreó preciosos y decoró la hoja con puntitos de Yayoi Kusama, nos llamaba mucho la atención la ardilla voladora,
Adri, y su hermano David, nos hicieron dos dibujos del macaco japonés, que sabemos que tiene la cara roja y que se baña en aguas termales. No son finos ni nada estos macacos, así y gracias a su denso pelo, pueden soportar temperaturas muy frías, ya que son los monos que viven más al norte en todo el mundo.
Hugo nos trajo al oso negro de Japón
igual que Mateo, que dice que se parece a él cuando se enfada 🤣
Xiana trajo un oso panda hecho con origami y unas cañas de bambú.
Por último, Amani quiso compartir con nosotros un atlas enorme sobre los animales del mundo que ¡nos ha encantado! Nos ha gustado tanto que queremos verlo detenidamente la semana que viene, porque había ¡miles de animales que no sabíamos! Muchas gracias Amani (y a su mamá y papá).
Después de ver todos los animales que trajeron, era momento de analizarlos un poquito más con un vídeo que vimos en clase. Analizamos sus características físicas, las letras de sus nombres y hasta las repasamos en la pantalla.
Ahora llegaba el momento de saber qué comen en Japón.
Primero, presentamos una bandeja con arroz y sushi de fieltro y ahí surgieron muchas hipótesis.
El arroz lo conocían todos/as pero el sushi… eso ya costaba un poco más. Explicamos que son una especie de rollitos de alga, arroz y normalmente pescado y verduras, aunque los puede haber de mil tipos y estilos.
Pero… ¿y eso cómo lo comen? Pues usan palillos a modo de cubiertos. ¡Vamos a probar! Y con toda la decisión del mundo, intentamos coger nuestro sushi falso con palillos…
No sabéis cuánto nos hemos podido reír, entre sus caras de concentración para intentar coger los trozos se sushi y las trampas que hacían con los palillos… ¡menuda diversión tuvimos!
Ahora llegaba el momento de plasmar lo aprendido en papel. Sabemos que comen mucho arroz, así que escribimos esa palabra, después rellenamos un cuenco pegando arroz de verdad y le colocamos unos palillos de madera a modo de cubiertos. Ya tenemos nuestro plato japonés listo. ¿Alguien quiere?
Seguiremos investigando y haciendo cosas relacionadas con el sushi la próxima semana, ya que es algo que les ha llamado mucho la atención.
Pero en Japón hay más cosas aparte de la comida… la profe Cris, que también es tía de Joel, quiso venir a darnos una sorpresa y a contarnos un cuento, aprovechando que estamos en la semana del libro, y apareció en nuestra clase ¡vestida de japonesa!
Nos enseñó a decir hola (konichiwa), adiós (sayonara) y gracias (arigato) en japonés.
Así que todos juntos haciendo reverencia y diciendo konichiwa…
Como comenté antes, vino a contarnos un cuento. Más que un cuento, una leyenda. La del Maneki Neko, el gato de la suerte japonés.
¡Es un gato que invita a pasar!
Este nombre viene del japonés MANEKI que significa invitar a pasar y NEKO que significa gato.
¿Queréis conocer su historia?
Hace muchos, muchos años, en TOKIO, que es la capital de Japón, había un templo muy bonito en el que vivía un monje con su gatita.
Un día, un grupo de seis samuráis fueron sorprendidos por una tormenta mientras se encontraban de caza. Desesperados por encontrar refugio, vieron como una gata blanca con manchas negras y marrones les hacía señas con la pata, como indicando el camino hacia el templo donde se encontraba. El dueño del gato, un monje, acogió a los samuráis, ofreciéndoles cobijo y té.
¡A los japoneses les encanta el té! Uno de ellos, como señal de agradecimiento, donó enormes campos de arroz y tierras de cultivo, trayendo prosperidad y riqueza a este modesto templo.
Y desde entonces, el GATO se convirtió en un amuleto de buena suerte y fortuna.
No existe un único diseño de gato de la suerte, los podemos encontrar de diferentes colores, formas y expresiones.
Pero todos comparten una serie de características:
La pata levantada, el collar con el cascabel y, normalmente, una moneda de oro como símbolo de buena fortuna y riqueza.
¡Nosotros también teníamos un gato de la suerte en clase!
Ahora llegó el momento de hacer nuestro propio maneki neko. Pintamos el cuello de verde, las orejas rojas y el cuerpo dorado. Para terminarlo, echamos una poca purpurina, colocamos ojitos y su característico cascabel.
Hoy se los han llevado para casa, esperamos que os gusten y que os traigan mucha suerte.
Pero la visita de la profe Cris no quedó aquí, porque ese mismo día recibimos una sorpresa ¡que pase la sorpresa!
Es Liliana, la mamá de Joel. Vino a clase a hacer una actividad chulísima con nosotros/as.
Sabemos que el árbol más característico de Japón es el cerezo, llamado allí sakura. Pues Liliana vino a hacer con nosotros un precioso Sakura. Pero no de cualquier manera ¡utilizando palomitas!
Primero, debíamos dibujar el tronco del cerezo
Después, era el momento de pegar las palomitas que simulaban ser las flores.
Alguno/a creo que llevaba más palomitas en la barriga que en su cerezo, no sabéis cómo volaban esas palomitas. Así que, una vez que terminaron de pegarlas, tuvimos que ponerles unos platitos con unas pocas para que se quitaran ese gusanillo pero… ¡querían más!
Antes de que Liliana y Cris se marcharan nos quisimos sacar una foto todos/as juntos/as y darles las gracias por participar en nuestra clase.
Muchísimas gracias Liliana y Cris por pasar un ratito con nosotros/as y ayudarnos a hacer cosas tan bonitas. Volved por nuestra clase cuando queráis.Como comentamos anteriormente, es la semana del libro. Nosotros/as la hemos celebrado de diversas formas. Hemos contado cuentos como el de
Si yo fuera un gato, que nos explica la importancia de ser amigos aunque nos gusten cosas diferentes.
Leo ha querido compartir con nosotros/as un cuento súper divertido:
Hay una dragona en tu libro, en él todos teníamos que colaborar para ayudar a la dragona a salir de algunos líos, utilizando nuestra imaginación. Nos lo pasamos genial soplando muy fuerte para apagar llamas, aunque crecieran más; explotando globos de agua imaginarios o agitando nuestros brazos para ayudarla a volar. Muchas gracias Leo (y a sus papás) por compartirlo con nosotros/as.
También, como os informamos en una nota, realizamos un mercadillo de libros. Aquellos niños/as que trajeron un libro (o más) recibían el mismo número de billetes que de libros y podían canjearlos por otros que trajeron sus compañeros. ¡Les encantó! Estaban muy emocionados haciendo el intercambio y es una manera de hacer que otro niño/a viva una historia nueva que nosotros/as ya hemos vivido al leerlo previamente.
Una vez canjeados surgió este momento tan bonito, sentados/as y compartiendo “lectura” de manera espontánea.
Pero todo libro necesita un marcapáginas.
Lo que les cuesta esa palabra…
Nosotros/as hicimos los nuestros personalizados. Aprovechando el proyecto de Japón y la semana del libro, se nos ocurrió hacer unos marcapáginas al estilo japonés en los que apareciera nuestro nombre en ese idioma. Después los repasamos de dorado y quedaron ¡chulísimos!
A partir de ver nuestro nombre en japonés nos dimos cuenta de que no se parece en nada al español. Las letras son diferentes y es que ellos utilizan símbolos y cada símbolo es una sílaba. Así que hemos comenzado a silabear palabras y dar palmas por cada sílaba para que nos sea más fácil contarlas. Ya somos unos/as expertos.Ahora, tocaba formar nuestros nombres con sus sílabas correspondientes.
Poco a poco lo iremos complicando un poquito más.
La profe de música comparte con nosotros/as estas fotos de la clase de esta semana en la que conocieron un instrumento de nuestro folclore: las castañuelas.Y también estuvieron haciendo sonidos fuertes y débiles e intentaron identificarlos. Posteriormente, escucharon en la pizarra distintos sonidos y tenían que tocar en el círculo grande si el sonido era fuerte o en el pequeño si era débil.
Y llegó lo que tanto estábamos esperando esta semana…
¡Íbamos a salir del cole!
Pero… ¿a dónde vamos? Pues al veterinario.
Nos pusimos nuestras chaquetas, gorras (que aprovecho para decir que quien no tenga y quiera puede mandar una para que quede en el cole y la usen en los recreos o salidas) y cogimos las mochilas para comenzar nuestra aventura.
Por el camino nos emocionaba todo lo que veíamos. ¡Qué divertido estar fuera del cole!
Una vez allí, les dimos un regalito que les llevábamos a modo de agradecimiento por atendernos y tenernos paciencia.
Y Sara, la veterinaria, nos explicó todo ¡súper detallado! Nos enseñaron un montón de salas, de máquinas, de utensilios…
Comenzamos con la comida para perros y gatos
Seguimos por la zona de consulta, en donde pesan a los animales, les toman la temperatura, les ponen inyecciones si es preciso…
¡Estábamos súper atentos/as!
También nos enseñó una máquina para hacer radiografías y pudimos demostrar todas las partes del cuerpo que conocíamos
Y claro, la manera en la que se ven esas radiografías


Y fue ahí cuando le contamos que Larita se rompió la clavícula y que también nos enseñó sus radiografías en clase…
Después nos llevó a una sala en la que, a través de un microscopio, pudimos ver glóbulos rojos y blancos y también plaquetas. Tenían forma de círculo y parecía que los había pintado Yayoi Kusama.
Y por último una máquina que nos llamó mucho la atención, sirve para hacer ecografías. Se usa mucho cuando va alguna perrita o gatita embarazada. También sirve para humanos, para poder ver distintas partes del cuerpo, aunque nosotros/as solo veíamos cosas borrosas en blanco y negro. ¡Menuda imaginación tienen los ecografistas para poder distinguir algo!
Y nos fuimos, no sin antes darles las gracias a Veterinarios del Sil, sobre todo a Sara, por tratarnos tan bien y explicarnos todo con tanto detalle.
Y llegó el momento de ¡ir al parque!
Aprovechando que hacía buena mañana, decidimos estar pasando un rato juntos en el parque y merendar al aire libre. No sabéis lo bien que se lo pasaron y, sobre todo, lo bien que se portaron. Nos quedan muchísimas ganas de volver a salir otra vez con lo bien que lo han hecho hoy, se merecen una felicitación también en casa.
Surgieron momentos muy bonitos de unos ayudando a otros a montar, a columpiarse, a correr… juegos espontáneos y muchas risas.
Eso sí, acabamos agotadísimos/as.
Antes de terminar, os dejo por aquí una foto que me enviaron la semana pasada los papás de María del girasol que plantamos y del que sale la pregunta a nuestra tarea para la próxima semana…
(Está creciendo muchísimo. Si alguien más tiene fotos de su planta me las puede pasar también y las compartimos).
Y la pregunta es…
- ¿Qué famoso pintor tiene un cuadro de unos girasoles?
Ya sabéis que puede ser cualquier tipo de formato.
Muchas gracias por vuestra colaboración siempre.
Un saludo y muchos besos.
SAYONARA!!
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